e Sandro Botticelli estßn ligados al prestigioso taller de Filippo Lippi; y a partir de 1467 al de Andrea del Verrocchio, en el que se formaban los pintores mßs vivaces de la nueva generaci≤n del Renacimiento florentino. Su larga trayectoria artφstica se
caracteriza por el vφnculo estrecho y constante con la familia MΘdicis.\par
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Para Julio de MΘdicis pinta un estandarte destinado a la justa de 1475, cantada por el poeta Agnolo Poliziano. Pero el pintor debe sobre todo su inspiraci≤n al refinado c
lima humanφstico que rodea a Lorenzo el Magnφfico. A estos a±os, pertenece una serie de admirables retratos (\i Julio de MΘdicis\i0 , \i Hombre con medalla\i0 , etc.), asφ como la Adoraci≤n de los Magos de la Galerφa de los Uffizi, en la que aparecen alg
unos miembros de la familia MΘdicis. \par
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De la misma rica e influyente familia parte, en 1478, el encargo de realizar \i La Primavera\i0 , obra de refinada iconografφa ligada a la cultura fomentada por la corte florentina. En 1481, Botticelli se
traslada a Roma para participar en la decoraci≤n de la Capilla Sixtina, donde pinta al fresco tres escenas (\i MoisΘs y las hijas de Jetr≤\i0 , \i El castigo de CorΘ\i0 y \i Las pruebas de Cristo)\i0 , asφ como algunas figuras de pontφfices.\par
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Con esta obra, el artista alcanza su periodo mßs clßsico, y obtiene el mßximo equilibrio entre inspiraci≤n naturalista y tendencia a la abstracci≤n formal. Este mismo equilibrio se vuelve a hallar en obras realizadas despuΘs de 1480, como \i La adoraci≤n
de los Magos\i0 de Washington o la \i Virgen del libro\i0 (Milßn, Museo Poldi Pezzoli).\par
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En cambio, \i El nacimiento de Venus\i0 (Florencia, Galerφa de los Uffizi) revela un ritmo cada vez mßs tenso, una nueva b·squeda expresiva paralela a
la pasi≤n religiosa del pintor. Esta creciente inquietud coincide con la caφda de las certitudes humanistas, que en la pintura de Botticelli cristaliza en el complejo \i Retablo de San Marcos\i0 (en torno a 1490), o en la posterior \i Calumnia de Apeles
\i0 (ambas en Florencia, Galerφa de los Uffizi). \par
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Por el ritmo quebrado de la lφnea y la compleja simbologφa, esta ·ltima obra muestra hasta quΘ punto Botticelli estß aislado, hacia el final de su carrera, de la cultura de su tiempo.